sábado, 2 de julio de 2016

El maestro, también es un empleado

CUANDO LA VIDA PENDE DE UN EXAMEN





… y no precisamente un examen médico, mucho menos un de conciencia, sino de un examen laboral, del que depende la vida económica de una familia y algún día de una pensión digna para la vejez, que en esta Patria nuestra ¡quién sabe lo que sea una pensión digna!

Hablo de un examen para la permanencia laboral de los maestros. Hemos callado y dejado que las intrigas se ventilen, sobre todo en la radio y en la televisión, porque la función de un  maestro es enseñar, dar clase, orientar, curar raspones y hasta corazones rotos y de vez en cuando, hasta llenar estómagos vacíos en lugar de exponer  la situación como empleado de la Secretaria de Educación Pública.

Y de un día para otro, un organismo trasnacional, la OCDE fija sus ojos en los países pobres, los que solo producimos mano de obra barata y mal pagada y se inicia la campaña de llamarnos países de reprobados, los mexicanos no sabemos contar ni juntar letras y los culpables son: los maestros, pero no cualquiera, sino los maestros de las escuelas públicas porque los que trabajan en las escuelas privadas no dicen nada, aceptan lo que dicen sus jefes – directores o se quedan sin empleo.

Y la campaña ha dado sus frutos, los padres de familia ven a la escuela como la gran guardería donde dejan a sus chicos mientras ellos trabajan. Nadie pregunta cuantas horas dedican los maestros para preparar sus clases, materiales escolares, planeación. Cuantas horas dedican al estudio y a preparar sus exámenes, porque de verdad, los maestros siguen estudiando y capacitándose. Nadie pregunta porque sus hijos no aprenden, porque no rinden, porque desertan.

¿Por qué entonces somos un país de reprobados? Pues porque en un aula se hacinan hasta 45 estudiantes, la mayoría de ellos mal comidos; en sesiones de 50 minutos o menos porque no hay dinero para hacer escuelas de un solo turno; porque el maestro de secundaria llega atender  240 alumnos en un día de trabajo y uno de primaria 30 o 60 si trabaja ambos turnos. Porque para los padres es vital trabajar para dar de comer que desviar tiempo para supervisar el avance escolar.

Pero, además porque en el país de papel en el que vivimos, la sola asistencia al aula, le garantiza al alumno el 6 de aprobado, hay cumplido o no, haya aprendido o no, haya hecho el esfuerzo o no.

México necesita, le urge una verdadera reforma educativa que centre la atención en el desarrollo personal de cada alumno. Que tome en cuenta sus habilidades y aptitudes para lograr que en verdad la educación impacte, primero, en la mejora de su vida como individuo y luego hacia la sociedad. Es necesaria una reforma educativa que regrese al principio de una educación nacionalista que tenga como ejes rectores el desarrollo de la ciencia, la tecnología y las humanidades y lograr erradicar la miseria de nuestras comunidades.
El maestro es un elemento de la educación, pero como trabajador se nos separó de la sociedad a la que servimos porque, a fin de cuentas, en un momento el maestro fue la voz y la conciencia de nuestros pueblos abandonados por la revolución institucionalizada… y la conciencia no se puede permitir por los organismos internacionales que solo les interesa la producción global que asegure la acumulación de la riqueza en unas cuantas naciones.


Profra. Josefina Sánchez Ponce

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