lunes, 29 de julio de 2013

Los costos políticos de la equidad de género en la administración pública.
“Si la mujer puede subir al cadalso,
también puede subir a la tribuna”.

En 1953 se reconoció el derecho de las mujeres mexicanas a votar, 130 años después de que participaron con dinero, con ideas y con la vida en la lucha por la independencia de México. Sin embargo, la participación igualitaria en la toma de decisiones del país sigue siendo letra muerta en las Leyes  elaboradas con mucho espíritu pero sin ninguna realidad.

La manipulación de los nombres femeninos en la elaboración de las “listas” de diputad@s y regidurías siguen estando a discreción de LOS dirigentes de los partidos políticos. Las mujeres son vistas como acarrea votos o usadas como abnegadas madres de familia que se prestan a eternas  fotografías donde  entregan  flores a los candidatos a dirigir los destinos de pueblos, estados o de la República.

El avance por la participación igualitaria en la vida pública de México ha sido lento, apenas hace 15 años que se inició el proceso para que las distintas leyes electorales establecieran la equidad de género; sin embargo, la manipulación de las leyes por parte de la casta política, ha sido tal que mujeres que han sido electas para desempeñar algún cargo de elección han renunciado para que sus suplentes (hombres) ocupen sus lugares.

Es lamentable que la lucha de mujeres como Clementina Batalla de Bassols, de Carmen Serdán, de Benita Galeana o Martha Lamas que entregan la vida y sus capacidades intelectuales para lograr el derecho del que hoy gozamos las mujeres sea manoseada y prostituida para que los cotos de poder pactados en lo oscurito asegure y mantenga un sistema político que hunde cada día mas a la Patria en la pobreza y la inseguridad social.
Amparadas por “la equidad de género” , por ejemplo, en este municipio de Piedras Negras, dos trabajadores de la educación fueron impuestas por el SNTE para que formen parte de la administración municipal que asumirá el cargo en 2014: Zelma Gallardo  e Ivone Rivera Martínez cuya única trayectoria política que han tenido ha sido prestar el nombre para representar al PANAL en su compromiso con el PRI, obteniendo como pago, una dieta como regidoras que ascenderá a casi 50 mil pesos mensuales con cargo a los ciudadanos nigropetenses a cambio de 350 votos con los que contribuyeron, entre las dos, al triunfo del priista Fernando Puron.

Las mujeres tenemos que exigir no una equidad de género en la integración de los gobiernos electos o en la integración de los gabinetes; sino una equidad en las capacidades de decisión y una equidad para asumir retos y compromisos con l@s mexican@s. Las decisiones de  gobierno NO es cuestión de género, las decisiones de gobierno deberían tener como objetivo la equidad en  el beneficio de la comunidad.

Asignar nombres a grises personajes que aseguran con el dedo la complicidad en los manejos del erario público es un delito de conciencia porque la honestidad también tiene un precio y en esta patria chica el precio es el salario de regidores.

En el  corporativismo sindical hacia el interior del PRI, el SNTE puede asegurar espacios para trabajadoras de la educación que recibieran como estímulo a su calidad laboral un puesto  de elección popular, porque en la vida pública también se aprende y ese aprendizaje se regresa a las aulas con las siguientes generaciones de electores o de funcionarios públicos.

El camino en la equidad para la participación pública sigue siendo escabroso y largo, pero los espacios de las mujeres tienen que ser ganados con estudio, capacidad y voluntad, NUNCA como favor otorgado por la casta política y menos cuando ese favor representa una carga económica que tiene que ser pagada por el pueblo al que se jura servir.

 Profra. Josefina Sànchez Ponce.

lunes, 8 de julio de 2013

Cuando las mujeres son el obstáculo a vencer por las mujeres

LOS COSTOS SOCIALES DE LA EQUIDAD DE GÉNERO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
(1)

“Pero eso sí le digo
no me interesan las “elesiones”;
los que no tienen plata
van de alpargatas:
todo sigue igual.”

Alfredo Zitarroza

¡Han concluido las elecciones para renovar los ayuntamientos en varios estados de la república, entre ellos los 38 de Coahuila donde se ha utilizado el concepto de “equidad de género” a discreción para cumplir  con la letra muerta del Código Electoral del Estado y mantener en el gobierno la misma casta política, sin que la sabiduría, la ética de servicio y la honradez, hayan sido requisitos elementales para integrar las planillas de los ayuntamientos que serán pagados íntegramente del erario público.

 En Piedras Negras sobraran los nombres de quienes percibirán salarios de casi 50 mil pesos mensuales por su compromiso de guardar silencio ante las decisiones que tome el Presidente municipal sin asumir la responsabilidad de ejercer un gobierno colegiado con capacidad de discernir o de cuestionar decisiones que  afectan directamente a los vecinos del Municipio

 Un caso lastimoso es la designación de la Profesora Elia Margarita Barrera que repetirá como regidora a partir de enero de 2014 y que sus mayores logros como Mujer y como política ha sido colarse en la nómina publica percibiendo salarios (al mismo tiempo) como profesora, en su momento (ahora ya jubilada) y como funcionaria sin que la trascendencia de su labor haya impactado positivamente en la comunidad.

Su función como directora del Instituto Municipal de la mujer hubiera sido otro cargo de desempeño gris si no fuera por el aumento paulatino de la violencia intrafamiliar que ha  concluido con el asesinato violento de mujeres amas de casa.

No solo eso, ni una sola vez, como titular del Instituto Municipal de la Mujer, ha exigido el esclarecimiento de la muerte de 14 mujeres anónimas para las que no ha llegado la justicia en esta parte del país y mucho menos ha exigido que la Procuraduría de Justicia del estado destine recursos humanos y económicos para integrar un equipo profesional dedicado a la búsqueda de las desaparecidas en este Municipio.

El aumento de la prostitución entre las menores de edad es una ofensa directa a la integridad de las niñas, y la actitud del Instituto presidido por la Profesora Barrera fue  dejar el problema en manos del DIF.

El proyecto del Instituto de la Mujer nació como una demanda para que los espacios ganados fueran una oportunidad para que las mujeres se prepararan para ejercer y compartir en igualdad de capacidades el poder público, con bases y conocimientos sólidos para desempeñarse  dentro de los órganos de poder, no para seguir encajonándolas en proyectos de costura o belleza  de auto sustento.

De nueva cuenta el pueblo que paga impuestos, que trabaja todos los días y que vive entre la zozobra de la delincuencia y el desempleo, cubriría el salario de una mujer que se presta a representar la parte de “equidad de género” pero sin ninguna voluntad de hacer crecer la participación de más mujeres porque entonces serían un obstáculos en su permanencia dentro del presupuesto público.

Una mujer que piensa, que cuestiona y que es socialmente activa con la realidad que le ha tocado vivir nunca tendrá cabida en los planillas de regidores.


De nueva cuenta, los espacios que las mujeres han ganado a pulso en las calles, en las discusiones o dando la vida, han sido usados en Coahuila para cerrarles la boca y el cerebro.