domingo, 24 de julio de 2016

El Modelo Educativo Peñista

LOS MEDIOS Y LOS MODOS DEL MODELO  EDUCATIVO


En definitiva, en México todo lo hacemos al revés, primero tenemos hijos y después nos casamos, primero se construyen casas y después de verifica la idoneidad del predio, primero se pavimentan calles y luego se revisan los sistemas de agua, gas y drenaje, primero se estigmatizó al maestro de la debacle educativa y luego se presentó un Nuevo Modelo educativo, primero se desaparecieron a los estudiantes, se reprimió a los maestros y se les encarceló y luego se estableció el dialogo para escuchar las diferencias de opiniones. Quizás el surrealismo o el mundo onírico campea por el suelo patrio y los que habitamos el país ni cuenta nos hemos dado y seguimos tratando de encontrarle el sentido al caos y un orden al proyecto de nación.

Y la Secretaria de Educación Pública ha puesto el toque final en el caos que ha caracterizado el gobierno de EPN al dar a conocer después de cuatro años su Modelo educativo, pero en fin, como mexicanos que a todo le encontramos solución menos a la eterna duda de cómo le entró el agua al coco, los maestros y maestras ya estamos buscando como le vamos a encontrar el modo a la propuesta, que por cierto, entrarán vigor hasta el año que entra o hasta el 2018, evento con el que se clausuraría el periodo de gobierno peñista.

Haciendo historia, igual que Nuño al presentar el Modelo, y de lo que no hizo mención, fue que la Educación Pública entre 1920 a 1960, tenía como fin dar una conciencia de Nación, de pertenencia, de nacionalidad a la población para que esta contribuyera en el engrandecimiento de la Patria desbastada durante la revolución social de 1910 y que las bases de dicha educación estaban contempladas en el artículo tercero y los medios para lograrlo fueron los maestros, primero en la escuela rural y después en los internados y posteriormente como catedráticos en la enseñanza superior .

Sin embargo, hoy la educación pública se traza a modo de intereses externos desde hace casi 30 años.

En el gobierno de alternancia de Fox, se ofreció que los maestros tendrían un salario profesional que representaría, por lo menos, 6 salarios mínimos, y a menos que se haya logrado el nivel A de Carrera Magisterial o se cuente con doble plaza en primaria y preescolar, el maestro lo consiguió; posteriormente se ofreció que las escuelas tendrían  "Aulas Inteligentes", que el inglés se impartiría como segundo idioma, que a todos los profes se les dotaría de computadoras personales y que los alumnos de quinto y sexto grado de primaria tendría tabletas electrónicas … y sorpresa: ¡todo fueron promesas porque en el país no había dinero para la educación!.

El Modelo educativo peñista ofrece hoy que las escuelas serán gestoras de su espacio, es decir, los padres de familia, los maestros y uno que otro inversionista privado que quiera deducir impuestos, tendrán la obligación de dotar y dar mantenimiento a los planteles de todo lo requerido para que el espacio educativo sea idóneo para la enseñanza.
En la curricula propuesta se borró el  segundo idioma y se establece la realidad de solo tres horas a la semana de inglés para seguir priorizando la enseñanza de las matemáticas, el español y las ciencias naturales, pero se ofrece que podrá haber clases de robótica o de cualquier materia que sea de interés regional.

¿Y los medios? ¿Cómo plantear seis horas, en secundaria de la enseñanza de las ciencias si en la gran mayoría de las escuelas los laboratorios son un adorno estructural y se canceló la figura del laboratorista? ¿Cómo hablar de una calidad educativa donde se tiene que trabajar con grupos que oscilarán entre los 35 y 45 alumnos con mobiliario arcaico y donde el aula es para el alumno y no para la materia, olvidando que en el espacio también se aprende? ¿Cuándo la escuela pública tendrá acceso al internet para que pueda ser utilizado como herramienta de trabajo?

Quizás el concepto de regionalización empiece también entre los tecnócratas a cargo de la Secretaria de Educación de los estados que hacinan alumnos sin un proyecto por la falta de espacios educativos y que de plumazo buscan aparentar que no hay reprobados o desertores de la escuela pública.

Para alcanzar el fin de una educación de calidad, se requieren medios: dinero; modos: organización académica y administrativa y, por supuesto, formas: dejar de satanizar al maestro como culpable de la debacle educativa e involucrarlo, como siempre, como a lo largo de los años, en el proyecto educativo que la Patria necesita.

Profra. Josefina Sánchez Ponce.





lunes, 18 de julio de 2016

Pagar incremento salarial no compra silencio

"Miénteme más
que me hace tu maldad feliz"

El gobierno revolucionario de México esta tan acostumbrado a comprar conciencias y votos que ante la movilización de  maestros por todo el territorio y que obligaron a la dirigencia nacional del SNTE a presentar las demandas magisteriales;  por arte de magia aparecieron dineros "de las economías de la propia SEP" para pagar el raquítico incremento salarial en Carrera Magisterial ¡cómo si eso fuera lo prioritario!

¡Como si no supiéramos los maestros que, tan solo en secundarias, un poco más del 30% de docentes tiene un nivel de Carrera Magisterial!

Con dinero, con dádivas los tecnócratas  que gobiernan sueñan que el descontento entre los maestros está controlado.

La realidad es otra: la reforma laboral que se aplica al magisterio y que en nada contribuye a elevar la calidad de la educación que se ofreció como garantía constitucional a la nación mexicana,  borró los derechos laborales adquiridos antes de su aprobación
.
Evaluar el desempeño docente con la premisa de que el que no aprueba será catalogado como no apto para impartir clases, no soluciona nada. México requiere con urgencia una Reforma Educativa con materias (currículo escolar) que motiven a la investigación para generar  científicos y técnicos que contribuyan a la riqueza nacional. Es urgente retomar la enseñanza de la creación humanista para que nuestros jóvenes sea críticos de la realidad y propongan políticas que en verdad contribuyan a sacar de la miseria a la gran mayoría de mexicanos que hoy son vistos solo como vendedores de votos que aseguran la pantalla democratizadora que se exige a los gobiernos posrevolucionarios.

Evaluar al docente con la premisa de que solo obteniendo la excelencia académica medible con un instrumento lo hará merecedor de un incremento salarial importante es negarle el derecho a un salario digno acorde a la importancia que debería tener  la enseñanza pública en nuestro país.

Los maestros hoy en México están aprendiendo de nueva cuenta que solo hablando y en las calles se recupera el prestigio de ser un trabajador al servicio del pueblo y como tal, tenemos derechos que no pueden ser fichas de juego en la política financiera en la que se ha insertado la economía mexicana.



La escuela pública debería ser la base ideológica donde se sustente el proyecto de nación y mientras el proyecto de nación no tenga como eje que todos los mexicanos logren una vida digna,   siempre estará en la mira privatizadora de los grandes concentradores de la riqueza.
Profra. Josefina Sánchez Ponce

sábado, 2 de julio de 2016

El maestro, también es un empleado

CUANDO LA VIDA PENDE DE UN EXAMEN





… y no precisamente un examen médico, mucho menos un de conciencia, sino de un examen laboral, del que depende la vida económica de una familia y algún día de una pensión digna para la vejez, que en esta Patria nuestra ¡quién sabe lo que sea una pensión digna!

Hablo de un examen para la permanencia laboral de los maestros. Hemos callado y dejado que las intrigas se ventilen, sobre todo en la radio y en la televisión, porque la función de un  maestro es enseñar, dar clase, orientar, curar raspones y hasta corazones rotos y de vez en cuando, hasta llenar estómagos vacíos en lugar de exponer  la situación como empleado de la Secretaria de Educación Pública.

Y de un día para otro, un organismo trasnacional, la OCDE fija sus ojos en los países pobres, los que solo producimos mano de obra barata y mal pagada y se inicia la campaña de llamarnos países de reprobados, los mexicanos no sabemos contar ni juntar letras y los culpables son: los maestros, pero no cualquiera, sino los maestros de las escuelas públicas porque los que trabajan en las escuelas privadas no dicen nada, aceptan lo que dicen sus jefes – directores o se quedan sin empleo.

Y la campaña ha dado sus frutos, los padres de familia ven a la escuela como la gran guardería donde dejan a sus chicos mientras ellos trabajan. Nadie pregunta cuantas horas dedican los maestros para preparar sus clases, materiales escolares, planeación. Cuantas horas dedican al estudio y a preparar sus exámenes, porque de verdad, los maestros siguen estudiando y capacitándose. Nadie pregunta porque sus hijos no aprenden, porque no rinden, porque desertan.

¿Por qué entonces somos un país de reprobados? Pues porque en un aula se hacinan hasta 45 estudiantes, la mayoría de ellos mal comidos; en sesiones de 50 minutos o menos porque no hay dinero para hacer escuelas de un solo turno; porque el maestro de secundaria llega atender  240 alumnos en un día de trabajo y uno de primaria 30 o 60 si trabaja ambos turnos. Porque para los padres es vital trabajar para dar de comer que desviar tiempo para supervisar el avance escolar.

Pero, además porque en el país de papel en el que vivimos, la sola asistencia al aula, le garantiza al alumno el 6 de aprobado, hay cumplido o no, haya aprendido o no, haya hecho el esfuerzo o no.

México necesita, le urge una verdadera reforma educativa que centre la atención en el desarrollo personal de cada alumno. Que tome en cuenta sus habilidades y aptitudes para lograr que en verdad la educación impacte, primero, en la mejora de su vida como individuo y luego hacia la sociedad. Es necesaria una reforma educativa que regrese al principio de una educación nacionalista que tenga como ejes rectores el desarrollo de la ciencia, la tecnología y las humanidades y lograr erradicar la miseria de nuestras comunidades.
El maestro es un elemento de la educación, pero como trabajador se nos separó de la sociedad a la que servimos porque, a fin de cuentas, en un momento el maestro fue la voz y la conciencia de nuestros pueblos abandonados por la revolución institucionalizada… y la conciencia no se puede permitir por los organismos internacionales que solo les interesa la producción global que asegure la acumulación de la riqueza en unas cuantas naciones.


Profra. Josefina Sánchez Ponce