sábado, 13 de abril de 2013

URGE Secretario General con espíritu de servicio y ética probada.


De fascista de cajón a secretario de educación.
70 años de disciplina y silencio están rindiendo frutos en el control del Sindicato más numeroso de América Latina: el SNTE. Al aprobarse la reforma al artículo 3° de nuestra Constitución y ante la inquietud fundada sobre la situación en la que quedan los maestros que trabajan y se preparan, el gobierno federal en voz de su Secretario de Educación solo da  vagas respuestas pero si muy firmes amenazas. 


Tras el encarcelamiento de Elba Ester Gordillo, el actual secretario general del sindicato, profesor Juan Díaz de la Torre, no ha dado a conocer cuál será su posición para defender los derechos de los agremiados que siguen aportando quincenalmente más de 54 millones de pesos por concepto de cuotas sindicales  al SNTE.

Sin embargo, más que las demandas laborales o políticas lo que debería estar en discusión en  todas las Secciones sindicales es el papel de la democracia dentro del sindicato. La democracia debe dejar de ser  solo un valor que se enseña a los educandos y volverse práctica cotidiana de la vida gremial  y no son ni el profesor Juan Díaz de la Torre ni Emilio Chuayffet los mejores garantes de tal ejercicio.

Emilio Chuayffet  tiene una deudo con los mexicanos: desde hace 16 años, estan abiertas las heridas  y las fosas donde descansan los muertos de Acteal  y en los hogares impera el luto de la falta de justicia que el entonces secretario de gobernación no pudo garantizar y mucho menos, hacer efectiva; y ahora, de nuevo en el poder político, y sin olvidarse que en un momento fue el responsable de la política interna del país, amenaza con despedir a todos los trabajadores que no cumplan con los estándares que señale la OCDE en materia educativa.  Niega  la capacidad de dialogo de los opositores a la reforma educativa cuando él fue testigo de primera mano de la discriminación y falta de oportunidades que existen en Chiapas donde tampoco pudo cumplir un solo compromiso con los Zapatistas de ese estado.

 La falta de capacidad para enfrentar  el rezago educativo tiene sus orígenes en el pago de favores políticos a personas que nunca tuvieron la vocación ni la capacitación para impertir clases pero que aseguraron la permanencia del PRI en el gobierno por más de 70 años haciendo a un lado, violando derechos y despreciando la capacidad de mentores que no dejan un solo año sin acudir a capacitación permanente.
México carece de un proyecto nacionalista de educación. La importación de modelos ajenos que se aplican desconociendo nuestra realidad es lo que ha ahondado aún más la brecha entre las zonas rurales y las urbanas, entre los que tienen recursos y los que carecen hasta de lo más necesario para la sobrevivencia.

Es en  este momento cuando hace falta que surja un real  liderazgo con ética de servicio, comprometido con los maestros, la educación y los alumnos para que sirva de interlocutor con la sociedad y frene los exabruptos de un Secretario de Educación con sueños de imponer un régimen fascista donde el gobierno es el que tiene la razón y al pueblo solo le queda obedecer.

Los maestros, los trabajadores de la educación, antes de satanizar o dar la espalda a los maestros de Chiapas, Oaxaca y Guerrero debemos romper la mordaza que nos ha impedido cuestionar el  despilfarro de nuestros recursos mientras que muchos de nuestros compañeros viven hoy con la amenaza de dejar de percibir sus salarios porque el Secretario de Educación  no tienen la capacidad para escuchar y dialogar con los que piensan diferente que él. 

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