EN LA DEFENSA DEL ARTÍCULO TERCERO.
¿Qué
solucionaran los egresados de las universidades y de los tecnológicos que sean
contratados como maestros en la escuela pública?
La
campaña mediática que realizó la Iniciativa Privada y Televisa, avalada por el gobierno
federal en contra de los maestros de México dio sus frutos. Hoy, los maestros y
maestras son vistos como los enemigos de
la calidad educativa que requiere el mercado global.
La
escuela pública es catalogada como la guardería más grande del mundo. Los
padres envían a sus hijos porque saben que mientras ellos trabajan, sus hijos
están siendo cuidados. No se ve a la escuela pública como el lugar donde la
niñez mexicana tiene acceso al conocimiento.
Y
la Ley del Servicio Profesional Docente
está abonando de manera soterrada a ese estigma al abrir la convocatoria para
que cualquier egresado de las escuelas superiores que se encuentren
desempleados, participen en los exámenes de oposición y puedan ser contratados
como maestros en primarias, secundarias y bachilleratos del país.
Sino
son maestros, no importa, la Secretaria de Educación Pública destinará recursos
para que durante dos años se le capacite
como profesional de la educación.
Fracasó
el modelo educativo en gran medida por la corrupción, durante años al maestro
se le utilizó como acarrea votos para el PRI y el servicio se pagó habilitando
a cualquier recomendado para que cobrara como maestro. La SEP dejó a un lado a
las escuelas normales donde deberían preparase a los maestros con las nuevas tecnologías
de la enseñanza en manos de grupos de poder de cualquier color e interés hasta
que finalmente fuimos catalogados como un país de reprobados. Y habría,
entonces, que terminar con el lastre en
que se convirtió el sindicato que ya no era útil en la aparición de la
democracia a la mexicana. La educación y la escuela de los pobres, que en
México somos la mayoría, no importaba.
Hay
que cumplir con las exigencias de la OCDE y formar hoy a seres humanos que
sepan manejar máquinas, no que generen tecnologías nacionales; hay que formar
hombres y mujeres capaces de trabajar en equipo y de resolver problemas de
trabajo, no seres humanos capaces de generar una filosofía nacional que le dé
sentido al proyecto de nación que también fue corrompido al institucionalizarse
la revolución social de 1917.
La
solución es contratar a no maestros. Contratos de hasta dos años para observar
si pueden volverse profesionales de la educación, es decir, si pueden ser consejeros, orientadores, confidentes, instructores de artesanías, motivadores
y además abrir las mentes para el conocimiento.
En
dos años hay que aprender a enseñar a leer y
abrir la mente para disfrutar la lectura, no para cuestionar lo que se
lea. En dos años habrá que demostrar que se pueden realizar con eficiencia
operaciones matemáticas, no buscar nuevos procedimientos científicos. Y
entonces, solo entonces se creerá que la Educación de Calidad es una realidad.
Quizás
dentro de diez años los padres de familia que se están formando en el aula en
este momento seguirán repitiendo el
patrón: votar por quien paga, pagar para que los trámites se agilice, callar
ante la injusticia y cerrar los ojos
ante la corrupción y la impunidad.
Cualquier
cosa, menos respetar el derecho a vivir en un País donde su población cuente
con una calidad de vida igual a la de los países del primer mundo que hoy se
trata de imitar en materia educativa.
Profra. Josefina Sánchez Ponce
jsanchezponce@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario