sábado, 23 de abril de 2016

Censura Institucional

¡ENTRE CENSORES TE VEAS!



A través del tiempo los estados totalitarios que se erigen de espaldas a sus conciudadanos, se han abrogado el  derecho o la facultad de velar por las “buenas conciencias” y se han dictado leyes tan absurdas como que las mujeres feas (?) y gordas tiene prohibido usar biquini en las playas de Italia o que la gente que tenga la intención de cometer un delito en la ciudad de Washington debe detenerse antes de entrar a la ciudad y notificárselo a la policía (!).

 Nuestro país no ha sido la excepción: en 1930 se prohibió a Santa Claus por ser extranjerizante y ajeno a las tradiciones nacionalistas del gobierno revolucionario en turno, y ese año los centros comerciales utilizaron la figura de Quetzalcóatl para promover sus ventas navideñas y asegurar que él les traería juguetes a los niños mexicanos.
En distintas épocas del siglo XX se prohibieron canciones de Cri Cri por el exceso de fantasía que asustaba el alma pura de los niños hablando de brujas, gnomos o animalitos bailando.

Los gobiernos de la revolución, encargados de velar por las santos y guadalupanos hogares de México prohibieron la Marcha de las letras porque era una incitación a la pornografía al igual que la nefasta canción de Aventurera de Agustín Lara (no sé porque se escapó de la censura “Luces de la ciudad”).
Hoy la campaña es en contra de los corridos que “incitan” a la delincuencia y exaltan a narcotraficantes.

Sin embargo, la doble moral de los gobiernos en México ven la censora con ojos tuertos: las telenovelas de su brazo mediático, televisa, están muy lejos de entender el concepto de “hogares santos y guadalupanos” con la proliferación del adulterio, del derroche de hijos abandonados el uso de lenguaje soez y la discriminación tácita de los grupos indígenas que no pasan de servidores domésticos o trabajadores del campo con nula inteligencia. Claro que esos culebrones aseguran la domesticación del electorado que sueña en los mundos fantasiosos a los que nunca tendremos acceso la gente “común y corriente” “la prole” que solo ganamos salarios para engañar a los estándares de vida idealizados por el marketing.

Programas como La Rosa de Guadalupe o Laura de América  han sido la muestra del desprecio total a la integridad humana, pero como controlan a los ciudadanos nunca serán tocados por el brazo censor pero los corridos que los crea la “raza” entonces están prohibidos, so pena de multas, cárcel y hasta el exilio por escuchar la exaltación a la corrupción y la impunidad cobijadas por los gobernantes revolucionarios de México, los que en muchísimas ocasiones, crearon sus fortunas personales  con el flujo del dinero sucio del contrabando.
Profra. Josefina Sánchez Ponce.

jsanchezponcehotmail.com

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