Recordar es vivir y sanar heridas.
En la escuela parte de la formación de los jóvenes es escribir y son fuentes verdaderas cuando ellos escriben sus vivencias. Para la historia de esta frontera los recuerdos de los niños del ayer son invaluables porque no están contaminados por los adultos.
Estos ejemplos de los testimonios quedan registrados en la memoria colectiva anónima de los testigos y de los sobrevivientes a la fuerza descomunal de la naturaleza que de ves en cuando se nos muestra implacable.
“El dia 4 de abril iba haber una lucha libre en la Plaza de Toros, entonces mi mamá y yo íbamos a ir. Mi mamá no sabía lo que había pasado del tornado, y eso que vivimos en Los Espejos, a un lado de la colonia donde paso el tornado.
Como no sabíamos lo sucedido mi mamá le habló a un taxi para irnos a ver la lucha libre; el taxi llegó en menos de 5 minutos. Entonces el del taxi le pregunta a mi mamá que para donde íbamos y mi mamá le dijo que a la plaza de toros. El señor del taxi le dijo: señora ¿no sabe lo que acaba de pasar?
Y mi mamá le dijo que no.
El señor le dijo que un tornado pasó por la Villa de Fuente y la había destruido.
Mi mamá muy asustada le dijo que mejor nos llevara de regreso a la casa.
Para cuando quisimos regresar ya no nos dejaron pasar los policías y nosotros no tenemos familiares en Piedras Negras.
Hasta que mi mamá se acordó que tenía un primo hermano en la Colonia VILLAS DEL Carmen y nos fuimos a su casa y nos quedamos a dormir hasta el siguiente día.
Cuando volvimos a nuestra colonia teníamos que pasar a pie porque no dejaban pasar por la colonia Villa de Fuente. Miramos toda la colonia destrozada.
Cuando llegamos a la casa le preguntamos a mis hermanas como estaban y todas traumadas nos contestaron que bien.
Y desde entonces mi mamá nunca jamás quiere volver a saber de una lucha libre”.
Autora: Edna Mendoza Lozano.
Edad: 14 años
Esc. Sec. “Benito Juárez”
