"Miénteme más
que me hace tu maldad
feliz"
El
gobierno revolucionario de México esta tan acostumbrado a comprar conciencias y
votos que ante la movilización de
maestros por todo el territorio y que obligaron a la dirigencia nacional
del SNTE a presentar las demandas magisteriales; por arte de magia aparecieron dineros
"de las economías de la propia SEP" para pagar el raquítico
incremento salarial en Carrera Magisterial ¡cómo si eso fuera lo prioritario!
¡Como
si no supiéramos los maestros que, tan solo en secundarias, un poco más del 30%
de docentes tiene un nivel de Carrera Magisterial!
Con dinero, con dádivas los tecnócratas que gobiernan sueñan que el descontento entre
los maestros está controlado.
La realidad es otra: la reforma laboral que se aplica al
magisterio y que en nada contribuye a elevar la calidad de la educación que se
ofreció como garantía constitucional a la nación mexicana, borró los derechos laborales adquiridos antes
de su aprobación
.
Evaluar el desempeño docente con la premisa de que el que
no aprueba será catalogado como no apto para impartir clases, no soluciona
nada. México requiere con urgencia una Reforma Educativa con materias
(currículo escolar) que motiven a la investigación para generar científicos y técnicos que contribuyan a la
riqueza nacional. Es urgente retomar la enseñanza de la creación humanista para
que nuestros jóvenes sea críticos de la realidad y propongan políticas que en
verdad contribuyan a sacar de la miseria a la gran mayoría de mexicanos que hoy
son vistos solo como vendedores de votos que aseguran la pantalla
democratizadora que se exige a los gobiernos posrevolucionarios.
Evaluar al docente con la premisa de que solo obteniendo
la excelencia académica medible con un instrumento lo hará merecedor de un
incremento salarial importante es negarle el derecho a un salario digno acorde
a la importancia que debería tener la
enseñanza pública en nuestro país.
Los maestros hoy en México están aprendiendo de nueva
cuenta que solo hablando y en las calles se recupera el prestigio de ser un
trabajador al servicio del pueblo y como tal, tenemos derechos que no pueden
ser fichas de juego en la política financiera en la que se ha insertado la
economía mexicana.
La escuela pública debería ser la base ideológica donde se sustente el proyecto de nación y mientras el proyecto de nación no tenga como eje que todos los mexicanos logren una vida digna, siempre estará en la mira privatizadora de los grandes concentradores de la riqueza.
Profra. Josefina Sánchez Ponce
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