¡ENTRE
CENSORES TE VEAS!
A través del tiempo los estados totalitarios
que se erigen de espaldas a sus conciudadanos, se han abrogado el derecho o la facultad de velar por las
“buenas conciencias” y se han dictado leyes tan absurdas como que las mujeres
feas (?) y gordas tiene prohibido usar biquini en las playas de Italia o que la
gente que tenga la intención de cometer un delito en la ciudad de Washington debe detenerse antes de entrar a la
ciudad y notificárselo a la policía (!).
Nuestro país no ha sido la excepción: en 1930
se prohibió a Santa Claus por ser extranjerizante y ajeno a las tradiciones
nacionalistas del gobierno revolucionario en turno, y ese año los centros
comerciales utilizaron la figura de Quetzalcóatl para promover sus ventas
navideñas y asegurar que él les traería juguetes a los niños mexicanos.
En distintas épocas del
siglo XX se prohibieron canciones de Cri Cri por el exceso de fantasía que
asustaba el alma pura de los niños hablando de brujas, gnomos o animalitos bailando.
Los gobiernos de la
revolución, encargados de velar por las santos y guadalupanos hogares de México
prohibieron la Marcha de las letras porque era una incitación a la pornografía
al igual que la nefasta canción de Aventurera de Agustín Lara (no sé porque se
escapó de la censura “Luces de la ciudad”).
Hoy la campaña es en contra
de los corridos que “incitan” a la delincuencia y exaltan a narcotraficantes.
Sin embargo, la doble moral
de los gobiernos en México ven la censora con ojos tuertos: las telenovelas de
su brazo mediático, televisa, están muy lejos de entender el concepto de
“hogares santos y guadalupanos” con la proliferación del adulterio, del
derroche de hijos abandonados el uso de lenguaje soez y la discriminación
tácita de los grupos indígenas que no pasan de servidores domésticos o
trabajadores del campo con nula inteligencia. Claro que esos culebrones
aseguran la domesticación del electorado que sueña en los mundos fantasiosos a
los que nunca tendremos acceso la gente “común y corriente” “la prole” que solo
ganamos salarios para engañar a los estándares de vida idealizados por el
marketing.
Programas como La Rosa de
Guadalupe o Laura de América han sido la
muestra del desprecio total a la integridad humana, pero como controlan a los ciudadanos
nunca serán tocados por el brazo censor pero los corridos que los crea la
“raza” entonces están prohibidos, so pena de multas, cárcel y hasta el exilio
por escuchar la exaltación a la corrupción y la impunidad cobijadas por los
gobernantes revolucionarios de México, los que en muchísimas ocasiones, crearon
sus fortunas personales con el flujo del
dinero sucio del contrabando.
Profra. Josefina Sánchez Ponce.
jsanchezponcehotmail.com