¡Hemos perdido la capacidad de asombro! asesinan a mis vecinos y el vacío de las inmediaciones de su domicilio es tal que tal pareciera que existe el peligro de contagio de virus mortal de las balas transmitida por l@s asesin@s.
Dos personas son asesinadas y la sociedad se protege con un manto tejido de mentiras y supuestos para explicarse la sin razón de la violencia que entra a los hogares, que ha traspasado la puerta de la casa familiar.
Ni una sola voz exige JUSTICIA, ni una sola voz reclama la SEGURIDAD PUBLICA mínima que es obligación de las autoridades brindar a la comunidad.
Silencio, que nadie escuche los rumores del miedo, silencio, que nadie diga que escuchó un gruñido de descontento social. SILENCIO porque el dolor, la sangre, las balas pueden entrar a mi hogar y entonces, tampoco nadie dejará salir un lamento de desesperanza.
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