EL VOTO FEMENINO EN MÉXICO
En las festividades por los 60 años del voto femenino en México, el presidente de la república y su partido han “convencido” al Congreso de la Unión y al IFE de que los cargos de elección popular , a partir de las siguientes elecciones, TIENEN que estar conformados en equidad, es decir mitad y mitad.
Sin embargo, una vez más, esta disposición paternalista y unilateral está dejando de lado la obviedad de que a las mujeres les ha sido vedado durante años, el derecho a la educación y a la formación política.
Tal pareciera que para formar parte de la casta política las mujeres han tenido que asumir una serie de valores muy parecidos al valor monetario que ha hundido a la nación en la corrupción: Irma Elizondo que no puede mantener su palabra ante sus votantes porque ella nunca se opondrá a las decisiones de su dirigente ni del presidente de la república. Rosario Robles que demostró tener más precio que valor o Paloma Guillen que ni siquiera pudo encontrar y castigar a los responsables del asesinato del candidato de su partido al gobierno de Tamaulipas o la secretaria de turismo que cambió la justicia por un salario en el gobierno federal.
El ejemplo es igual en cualquier partido político. Para ser oposición política las mujeres han aceptado ser acarrea votos o generadoras de discusión política, nunca al frente en la creación de un proyecto de nación donde se establezca que: “Los fines de la función pública son el Servicio a la Nación, de conformidad con lo dispuesto en la Constitución Política, y la obtención de mayores niveles de eficiencia del aparato estatal, de manera que se logre una mejor atención a la ciudadanía, priorizando y optimizando el uso de los recursos públicos”.
Cuando se trata de equidad en los órganos de gobierno tienen que ser una equidad en preparación y capacidad no en habilidad para tranzar o en la cómoda posición de callar porque cada puesto ocupado por una sola mujer lleva detrás de ella la labor férrea de mujeres que entregaron su vida para lograr ese espacio y que solo son recordadas de forma genérica en las festividades que el gobierno (masculino) organiza para aparentar mundialmente que en esta Patria nuestra, las mujeres también somos ciudadanas de valor.
Por cada niña que acude a la escuela, por cada jovencita que concluye su bachillerato o por cada mujer que obtienen un título universitario y se integra en la actividad económica generando la riqueza del país, debería existir voces femeninas con valor y valores que defienda la justicia, la igualdad, la equidad y la
tolerancia para tod@s l@s mexican@s por encima de las decisiones unilaterales de los partidos políticos que hoy gobiernan sin tomar en cuenta la voluntad popular.
Para conmemorar el 60 aniversario del voto femenino no son necesarios discursos ni disposiciones cupulares. Lo que se requiere es JUSTICIA para las desaparecidas, JUSTICIA para las niñas, jóvenes y mujeres prostituidas. Para conmemorar el 60 aniversario del voto femenino se requiere que las mujeres con valor y valores levanten la voz en todos los órganos de gobierno, quizás no por mitad y mitad sino con una totalidad de Seres Humanos que sueñan en una Patria donde tod@s l@smexican@s tengan acceso a una vida digna.
Profra. Josefina Sánchez Ponce.