La justicia es justa aunque las victimas sufran.
No
existe tiranía peor que la ejercida
a la sombra de las leyes
y con
apariencias de justicia.”
Montesquieu
La justicia en Nuestra Patria
ha pasado a ser una palabra más en el diccionario. Una palabra muerta y estéril
en la vida.
Este 5 de febrero cumplió
años la Primera Constitución Social del
mundo, Constitución donde el derecho al trabajo, a la educación y a la
propiedad de la tierra quedaron estipulados por los diputados del Congreso
Constituyente de 1917, 96 años que las leyes mexicanas son letra muerta.
La educación de calidad es solo
para unos cuantos, los que pueden emigrar de la Patria o tienen la fortuna de
vivir en zonas urbanas donde la escuela pública cuenta con la colaboración de
los padres o para los que pueden pagar por tecnología educativa en el aula.
La propiedad de la tierra
agrícola está supeditada a la propiedad privada del germoplasma del maíz o del
frijol o a los costos que cobren intermediarios; y si es la propiedad de la
vivienda, la vivienda de los obreros son apenas unos cuantos metros cuadrados
donde se hacinan con sus familias.
El trabajo mal pagado obliga a
la emigración. Desde campesinos hasta profesionistas que deben su educación a
la riqueza generada por los trabajadores que los ven partir sin ninguna
esperanza de que exista una ciencia o tecnología nacional que eleve la calidad
de vida de la población entera.
La delincuencia de todo tipo
señorea por el suelo patrio sin que el Estado de Derecho sea ejercido por quienes tienen que hacerlo.
Averiguaciones previas mal realizadas dejaron libre a una secuestradora porque
su gobierno ejerció su derecho de exigir
justicia para ella y los mexicanos carecemos de un gobierno que pueda brindar
justicia para esta tierra donde vivimos: desaparecid@s, asesinatos, tráfico de
drogas y contrabando de todo lo que se pueda vender aunque ello hunda a la
población en el caos. El dinero limpio o sucio es lo que importa.
¿Dónde quedo la justicia?
¿Dónde está el sueño de distribuir la riqueza de la Patria entre todos? ¿Dónde
quedo el sueño que propuso que la única diferencia que debía existir entre un
mexicano y otro era el MODO HONESTO de vivir?
La impotencia avanza con el
año: secuestradoras liberadas, mujeres mexicanas violadas por las que nadie
levanta la voz, a menos que el gobernante en turno salga en la foto
publicitaria llorando implorando por una justicia que su ineptitud no puede
garantizar a sus pueblos. Represores dirigiendo la Seguridad Interna: Murillo
Karam que hace mofa en un lugar de trabajo que se convirtió en lugar donde
encontraron la muerte 37 mexican@s.
La justicia divina está lejos
de la civilidad, la justicia humana está en manos de la ciudadanía que sabe
exigir el restablecimiento del Estado de Derecho. No podemos seguir callando,
esperando que este año sea mejor con los brazos cruzados. Cada uno de nosotr@s tenemos
la obligación de exigir justicia total y plena antes de que seamos víctimas de ella
y nos victimicen las autoridades dejando impunes los delitos que están
socavando nuestras esperanzas de una Patria que un día se sienta orgullosa de
que sus hij@s han podido garantizar educación, trabajo y propiedad de la tierra
para tod@s los que tuvimos la gloria de nacer en esta tierra mexicana.