LA MUERTE FLUYE POR EL DRENAJE
El martes 20 de septiembre, una vez mas la Calle Periodista
de Piedras Negras volvió a ser el cauce
natural de arroyo pluvial y una vez
mas el trabajo mal hecho y al vapor pero
bien cobrado ha provocado el malestar de trabajadores, estudiantes y vecinos de
esa calle por la que corre el drenaje de
esa parte de la ciudad.
La lluvia tan deseada es una amenaza constante en ese
sector que quizás en esta ocasión solo hubiera sido un contratiempo más que es
sufrido estoicamente por la ciudadanía si en esta ocasión no hubiera provocado
la muerte de tres vecinos nuestros que trabajaban para SIMAS.
Escusas absurdas y razones que terminan haciendo creer
que la culpa de estas muertes
injustificadas la tenemos los habitantes
por arrojar desechos sólidos al drenaje o por la irresponsabilidad de los
trabajadores que no usaron un virtual
equipo de seguridad, del que carecen en realidad.
Palabras de falso consuelo para que no se haga escándalo de
un accidente que nunca debió haber ocurrido. Responsables que se han
enriquecido con los recursos públicos, desde presidentes municipales hasta
gobernadores que han estado, en las tres últimas gestiones, inaugurando,
reinaugurando o tomándose la foto en alcantarillas que solo han dejado fluir
dineros públicos a los bolsillos privados de compañías constructoras y
gobernantes que hoy, se escondieron de nueva
cuenta tras los féretros de tres trabajadores que murieron recogiendo la
podredumbre de una ciudad sin gobierno y sin compromiso hacia sus trabajadores.
Con los mas de 33 mil millones de pesos de deuda que la administración
de Moreira dejó en Coahuila bien pudieron comprarse equipos de seguridad para
TODOS los trabajadores de los distintos sistemas de agua del estado y pagar cursos
de capacitación constante sobre seguridad en el trabajo; se hubieran podido
adquirir equipos apropiados para que
TODOS los bomberos de Coahuila contaran con lo necesario para sus labores de
rescate y hasta hubiera alcanzado para que se construyera con alta tecnología
un drenaje que tiene ya mas de 40 años de ser
el recordatorio mas oloroso de lo que hacen las administraciones
publicas que gobiernan de espaldas a los
intereses de la comunidad que los elige.
Pero ese dinero se usó para garantizar la continuidad de
un gobierno que pagó con esos recursos la seguridad de no ser denunciado por la
Contaduría Mayor de Hacienda y el silencio cómplice de un poder legislativo que
de ya se prepara para aprobar todas las propuestas del gobernador electo.
La podredumbre de un drenaje mal hecho cobró la vida de tres
victimas inocentes. El silencio de los regidores que han avalado con su
presencia y con el dedo el pago recurrente de una obra mal hecha y la desaparición de
millonarios recursos del sistema municipal de agua desde hace muchos años es
responsable de las muertes que no debieron ocurrir.
La complicidad en la muerte de los trabajadores que se expusieron sin
equipo es tal, que ni siquiera los regidores y síndicos de esta administración,
que les gusta cargar al erario publico
sus sentimientos de luto cuando fallecen sus iguales hoy no han propuesto por solidaridad
o por lo menos, por sentimiento de culpa, que los familiares de los
trabajadores que cayeron en el cumplimiento de su deber reciban, también ellos,
una pensión vitalicia que tanta falta les hará. Quizás sea que para el cuerpo
edilicio no tenga el mismo valor la vida de un Presidente Municipal que la de
un sencillo obrero.