Días largos y negros que nos llenan cotidianamente de horror y espanto al leer en los periódicos o escuchar en los noticieros los obituarios diarios de tantos seres humanos que son asesinadas por las bandas del crimen organizado en México o en los enfrentamientos con los cuerpos policiacos. Todos los días de nuestra vida suman y suman muertos en esta violencia ya casi “normal” en las calles de esta patria que quiere festejar 200 años de independencia.
La lista crecería si supiéramos los números de los que mueren en el abandono y el anonimato de las adicciones.
La guerra nos golpea en las imágenes exageradas y las listas de municipios donde el narco se adueñó de las conciencias, repartiendo dinero con olor a drogas en las manos extendidas por una limosna que ayude a la sociedad a dejar el hambre y la desesperanza. En pago se ofreció el miedo que hoy se adueña de nuestras ciudades y pueblos.
Los drogas y el narco se han convertido en la plaga que recorre al ancho y largo de nuestra tierra devorando en su ambición desmediada la vida de hombres y mujeres de todas las edades y profesiones: soldados y policías; abogados y campesinos; presidentes municipales y niños; pero sobre todo: jóvenes en plenitud de esperanza.
En el lado oscuro, la solución que la casta política nos ofrece para derrotar a los monstros del narco: “Legalizar el consumo de DROGAS”.
¡Un país con más de 40 millones de seres humanos que viven en la pobreza extrema van a olvidar sus justos reclamos a los que han usurpado el poder con dosis legales de drogas legalizadas por los que hundieron a la patria en la inseguridad!
Justificaciones absurdas (quizás hechas bajo el influjo de la cocaína o la marihuana) buscan poner en la discusión un tema que en otras naciones, LAS DEL PRIMER MUNDO, las que tienen resueltas la educación, el empleo, la vivienda, la salud y el ocio de TODOS los habitantes de esos países, ha funcionado y ha disminuido la violencia generada por el narco y mientras los dirigentes de los partidos políticos se la fuman a los ciudadanos pensantes nos hace efecto y nos tragaremos los pretextos con los que quieren justificar la incapacidad que tienen para enfrentar y terminar un problema cobijado y reproducido por los gobiernos post revolucionarios de México.
No podemos permitir que se legalice el adormecimiento químico y artificial de nuestras conciencias mientras los carteles ahora junto con los partidos políticos siguen enriqueciéndose a costa dela razón de nuestra gente. No podemos enterrar a nuestros muertos sacrificados por la delincuencia y el narcotráfico en la tumba del olvido para que el PRD o el Pan o el PRI o como se llame cualquier organización política use con fines electoreros el cáncer que esta corrompiendo a nuestros jóvenes.
Hoy proponen legalizar el consumo de la droga para terminar con la guerra desatada por el narco, quizás mañana propongan legalizar “la mordida o el entre” o la corrupción policiaca o quizás hasta se legalice la ineptitud de diputados, senadores y gobernantes para que dejemos de exigir eficacia en el cargo y les obliguemos a renunciar por INEPTOS.
Somos muchos, somos millones somos mas seres humanos en México que vivimos por esta patria que merece llegar a 200 años en paz, la paz que da la conciencia de estar trabajando para hacer grande al país que nos vio nacer y donde reposan nuestros seres queridos si levantamos la voz podemos derrotar el miedo, si unimos las conciencias podemos derrotar a la violencia, si unimos nuestro coraje lograremos hacer que se cumpla el sueño de los que nos dieron Patria y Libertad.
Profra. Josefina Sánchez Ponce